La vida es una cosa. El arte es otra cosa aunque se mueve dentro de la vida. Y la simulación del arte no es arte ni vida. Los seres ordinarios y normales viven en la vida. Los artistas viven en el arte. Los falsos artistas o seres artificiales no viven en la vida ni en el arte. ¿Pero puede haber acaso seres que caminen por la calle sin pasar por la vida? Sí que los hay y de carne y hueso. El señor Marinetti constituye un perfecto ejemplar de esta fauna de seres artificiales. El hecho de que coma y duerma, no significa que esté en la vida y viva en la vida, y el hecho de que piense y escriba, no prueba que esté en el arte y viva en el arte. Los fantoches consumen también aire y espacio y se producen por líneas y formas pintorescas.
CÉSAR VALLEJO, fragmento de De Rasputín a Ibsen, publicado en El Comercio, Lima, 17 de marzo de 1929 y recogido en Prosas, Linkgua Historia, Red Ediciones, 2013, pág. 101