MONTANER: En su conferencia usted se refirió a Borges en términos condenatorios. ¿Siente una especial animadversión contra Borges?
ONETTI: No, es solo por la posición política de Borges. Es la cosa más absurda que he visto. Contra los negros norteamericanos. ¡Las cosas que me ha contado a mí! ¡Demenciales! Recuerdo que en tiempos de Perón, a la caída de Perón, las contaba. ¡La cosa más absurda! Todo lo veía desde el punto de vista doméstico. Que la sirvienta se le había ido para trabajar en un club peronista, donde le pagaban menos de lo que su madre le pagaba, y ya no se podía vivir. ¡Tonterías! Algo increíble. Me acuerdo que iba a terminar la entrevista, yo me iba porque aquello no daba más, cuando, casi por casualidad, cayó la conversación en Henry James, y entonces Borges comenzó a hablar, y aquello era tan maravilloso que me volví a sentar y escuché absorto todo el tiempo que me pudo dedicar. Es muy grande la erudición literaria de Borges.
CARLOS ALBERTO MONTANER, Conversaciones con Onetti. De la literatura considerada como una forma de urticaria, Playor, Madrid, 1980, págs. 149-158.