Fácil y barata manera de llegar a “gran poeta”, la de Hugo. Qué le vamos a hacer. Cada cual tiene su rol en este mundo. Pero lo que no se puede tolerar es que se mixtifiquen las cosas. Menester es distinguir al poeta del político. El poeta es un hombre que opera en campos altísimos, sintetizantes. Posee también naturaleza política, pero la posee en grado supremo y no en actitudes de capitulero o de sectario. Las doctrinas políticas del poeta son nubes, soles, lunas, movimientos vagos y ecuménicos, encrucijadas insolubles, causas primeras y últimos fines. Y son los otros, los políticos, quienes han de exponer e interpretar este verbo universal y caótico, pleno de las más encontradas trayectorias, ante las multitudes. Tal es la diferencia entre el poeta y el político.
Tagore, Romain Rolland, Barbuse, son antes que poetas políticos. Su boga acabará al renovarse la sensibilidad política de la época, como ha sucedido con Hugo.
Mas lo que no acaba nunca son las nubes, los soles, las causas primeras y los últimos fines, todo aquello que no predica nada en concreto; es decir, la obra del poeta.
CÉSAR VALLEJO, El poeta y el político: el caso Victor Hugo, El Norte, Trujillo, 15 de agosto de 1926, recogido en el prólogo de Enrique Ballon Aguirre a César Vallejo: Obra poética completa, Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1985, pág. XL.